Alimentarse mal empobrece la salud y acorta la existencia.

Cuando nuestro organismo se encuentra con niveles bajos de micronutrientes esenciales, concentra los que dispone en los órganos de mas relevancia par la supervivencia inmediata evitando así la muerte por carencias nutricionales.

Por ejemplo si estamos carentes de vitamina c el organismo lo distribuirá asimétricamente dándole mayor importancia a los tejidos que se consideren necesarios para no perder la vida y los tejidos que no se consideren así tendrán deficiencias y si esto se mantiene terminaremos desarrollando alguna patología en ese órgano esto constituye un fenomenal recurso adaptativo de los organismos vivos para sobrevivir.

Definitivamente si nuestro organismo tiene carencia de nutrientes, se va a reflejar en el desarrollo de alguna de las muchas patrologías que padecemos en la actualidad y el suministro de VITAMINAS Y OLIGOELEMENTOS, ayudaran en la reversión de esta condición ya que el organismo será mas eficiente y eficaz al tener todos estos micronutrientes que requiere para su optimo funcionamiento y el administrar estos nutrientes en dosis terapéuticas será clave a ala hora de hace frente a estas enfermedades.

Es por esto que la nutrición es fundamental en las terapias que proponemos a nuestros pacientes y lo hacemos a través de las siguientes herramientas o protocolos:

DIETA ANTIINFLAMATORIA.

DIETA CETOGENICA.

SUPLEMENTACION PERSONALISADA.

HIDRATACION MINERALIZADA.

USO DE ADAPTOGENOS.

La Naturaleza favorece la supervivencia inmediata sobre la salud futura. La hipótesis del triage indica que nuestra supervivencia a corto plazo se logra al priorizar la asignación de micronutrientes escasos. Para evitar que el organismo se desplome de la falta de hierro en el músculo cardiaco, por ejemplo, el hierro se extrae de tejidos de relevancia secundaria para la supervivencia inmediata. La teoría se propuso por primera vez en 2006 (Proceedings of the National Academy of Sciences, Vol. 103, pág 17589-94) mostrando por qué las patologías relacionadas con la edad, como la Enfermedad Cardiovascular, el cáncer y las demencias neuro-metabólicas, pueden surgir como consecuencia involuntaria de mecanismos adaptativos favorecidos en el curso la evolución, sirviendo de protección contra la escasez episódica de vitaminas o oligoelementos. Debe considerarse aquí que en la génesis de las enfermedades degenerativas descritas las mitocondrias tienen un rol central, estando profundamente afectadas por la malnutrición. En adición a los precursores de NADH+, FADH2 Y Coenzima A, necesitamos CoQ-10, Carnitina y la forma R de ácido lipoico, en abundancia para evitar la senescencia y el deterioro funcional. Si esta hipótesis es correcta -y toda la evidencia experimental y clínica sugiere que sí lo es- las deficiencias de micronutrientes que desencadenan la respuesta de distribución selectiva acelerarían el cáncer, el envejecimiento y la descomposición neuronal, pero dejan intactas funciones metabólicas críticas de corto plazo, como la producción de ATP.

Nota: La suplementación vitamínica cotidiana saca al organismo del modo de carestía y nos aleja del fenotipo de envejecimiento acelerado. Por otra parte, el análisis de la cantidad de micronutrientes en el plasma sanguíneo muchas veces no es útil para estimar su concentración real en determinado órgano o tejido. Se sabe que hay tejidos que concentran ávidamente determinados nutrientes en detrimento de otros tejidos. Por ejemplo, los leucocitos tienen hasta 100 veces más ascorbato que el plasma circundante. El organismo parece tener intrincados mecanismos fisiológicos que le permiten «censar» la cantidad o el requerimiento de sustancias funcionales de sus diferentes órganos y tejidos y decidir a cuáles se los va a suministrar.

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